3.1.08

PERIDIOTISMO 1 - Crónica

Por simple sincronismo de las existencias humanas, por la influencia gravitacional de los planetas cercanos al nuestro o por simple mala cueva, en un viaje de retorno desde Tocopilla a Antofagasta, en las semanas posteriores al terremoto de fines de 2007, dos vehículos 4x4, de esos bien onerosos, se encontraron en el cementerio de Gatico, antiguo camposanto abandonado por el tiempo, por sus deudos y por los que se dicen defensores del patrimonio nacional.

Los pasajeros de ambos vehículos pertenecían al grupo de chilenos que fueron por opción u obligación a Tocopilla a ejercer sus oficios, conminados por el terremoto. Un grupo pertenecía a la estirpe de los altruistas; buenas personas que con o sin viático acudieron en ayuda de los necesitados (entiéndase terremoteados, derrumbados y abandonados). Estos pertenecían a Word Vision; institución que promueve el cambio de vida de los niños más postergados a partir del mágico gesto de depositar unas poquitas lucas en su cuenta bancaria, las mismas que llegarán a las manos de los infantes pobres (connótese pequeños(as) de tez morena, pelito negro y con los moquitos colgando). De esa forma, el mundo mejorará y todos seremos más buenos (eso dicen ellos).

El otro grupo de chilenos (entiéndase del otro 4x4 oneroso) eran del lado oscuro, funcionarios de una empresa de seguros que fue a la ciudad a “liquidar” a los que habían adquirido seguros contra sismos. Estos personajes poco queridos tenían la penosa y escatológica tarea de decirle a sus clientes que, en realidad, el titular de sus seguros era del banco que les había dado el préstamo hipotecario y que, lamentablemente, no recibirían ni un solo peso para reparaciones o reconstrucción, y que el banco sólo se haría pago del seguro a cuenta de la deuda hipotecaría que ellos todavía tenían (si no lo entienden, no importa. El tema es que eran emisarios de noticias peores que el mismo sacudón telúrico). Estos últimos venían transitando por la carretera cuando se percataron de que los “chicos buenos” (entiéndase los de Word Vision) estaban dentro del cementerio histórico “sacando” algunos recuerditos históricos, nada trascendentes por lo demás; algunas estatuillas religiosas del tiempo de la industria del salitre, y otros adminículos de difícil determinación. Los “chicos malos” (obviamente los liquidadores de seguros) detuvieron su vehiculo intempestivamente para conminar a los Word Vision Kids a que devolvieran inmediatamente esos objetos a sus lugares, que el cementerio era un espacio protegido (al menos en la letra), un lugar patrimonial, que ese acto era un saqueo irresponsable a la cultura nacional y que si hacían caso omiso al cívico llamado de atención, serían denunciados inmediatamente a las autoridades respectivas. Los chicos buenos, con cara de “si eran sólo unos souvenires terrosos sin importancia”, devolvieron los objetos.

Los chicos malos continuaron su camino. Nunca se sabrá si los chicos buenos, en el amparo de la soledad del Desierto de Atacama, volvieron a sacar esos objetos “sin importancia”, una vez que los chicos malos se perdieron en la lontananza.

Este hecho es irrelevante para la crónica medial nacional. Una pequeña anécdota de los caminos del Norte de Chile. Apenas una reflexión, bastante cliché por lo demás… a veces hay tipos malos en causa buenas y viceversa… eso dicen… pero da igual.

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