14.6.21

LITERADURA 21 - Cantata

                           
Fotografía obtenida en Internet.

TODOS LOS NIÑOS, TODAS LAS TIERRAS

(Introducción)

Cuando la prepotencia y la codicia
cabalgaron de Norte a Sur
llenó de sombra la existencia
con la espada y la cruz.
Cuando el filo fue en vano
los cuerpos de madera y barro
de alcohol y peste llenaron.
Cuando cambiaron las vidas por oro
y orejas por tierras sin barreras,
y la sangre se convirtió en bandera.
Fueron los niños indios escondidos por el viento
convertidos en árboles y tiempo
inmortales en silencio
los que viven ayer y hoy.
Nadie escucha, nadie escucha
qué sendero caminamos
si negamos a quien los construyó.
Nadie escucha, nadie escucha
si nuestra burla ignorante
los reniega hasta hoy
todos somos niños indios
nuestra sangre así lo enseña
que crecimos de la tierra
es engaño y no reseña
que las razas son refugio
de injusticias y traiciones
que pretenden doblegar
nuestro espíritu ancestral.
Ahora escuchen, ahora escuchen
no se dejen engañar
ahora escuchen bien atentos
lo que vamos a cantar:

Interludio musical

(Primer pregón)

La codicia en viaje sur, tu legado despreciaba
y al Likan Antai aniquilaba.
Nadie te llama por tu nombre
en la mesa de tu vida;
sólo ¡Chango!
despectiva la mirada del verdugo,
ignorante del secreto
que trajiste desde alta mar

Niño chango

Niño chango, rostro de arenal
hija de la niebla, criados por el mar.
Piel de escama, dientes blancos
corres por la orilla; baños de agua y sal.

Donde el Loa termina su sueño
jugaste con el atacameño
en el ancestral mercado
del maíz y el pescado.

Niño chango, pies de aletas
caminaste hasta el Sol.
Niña chango tez oscura
te dormiste y la arena te acunó.

Sonrisa de delfín, regresaste
espalda de roca, te quedaste.
Voz de temporal son tus dominios
volviste como niebla, ola en remolino.

Interludio musical

(Segundo pregón)

Las bestias y sus cabalgaduras
crucificaban los valles fértiles.
Y no había ninguna espesura
que ocultara a la gente de greda.
Cruzaron la existencia casi entera
en una victoria anticipada,
y la gente de la tierra
levantó un muro con sus cuerpos;
cientos de años indómitos
de piedra contra acero.

Niño Mapuche

Ruca vegetal antigua
historia en la sien,
la era; justicia exigua
canta boca de pehuén.

Hijo, tierra e idioma
tu madre aseguraba
que serás potro sin doma
nunca olvides Curalaba.

Eres herencia latente
Caupolicán y Lautaro,
el mismo canto presente
Galvarino y Pelantaro.

Niño Mapuche, lonko seguro
que no te confundan banderas
la casa es toda; tierra futuro
para quien la comparta entera.

Interludio musical

(Tercer pregón)

Dieron vueltas por el mundo;
otras manos, la misma muerte.
Tierras sin dueño robaban,
cuerpos puros enfermaban.
El padre Selknam de boca asesinado,
la madre Aonikenk su cuerpo avergonzado,
los hijos yamana y kaweskar
convertidos en esclavos.
Las calles australes inmaculadas
tienen nombres de asesinos.
El hombre antiguo en estatua,
sólo el viento conoce el destino.

Universo austral

Caminantes y canoeros
universo austral,
dueños del frío y los canales
Herencia ancestral.

Niños desnudos, pasos gigantes;
piel de coraza,
risa perpetua, fueron felices;
canoa casa.

Pureza desorejada
no alcanzaste el Hain,
codicia rubia y predica ciega
buscaron tu fin.

Kren te elevó
y ahora eres viento,
transmutaste inalcanzable
hay furia sin lamento.

Interludio musical

(Cuarto pregón)

El olvido con memoria, no es lápida
sino bruma espesa.
Deben creer en su historia
y no caer en la torpeza
de que hay sólo una verdad,
hay que disipar la era
y reconstruir identidad.
La codicia se quedó sobre el tiempo,
una amnesia salva el traspié;
no se queden inconclusos, observantes
recién empieza el hacer.
No es volver sobre la sangre
o los caminos originales,
si esta tierra tuvo madre y padre
hijos e hijas tiene repartidos,
no es sólo buena intención
es tarea y es canción;
todos somos niños indios
nuestra sangre así lo enseña,
este suelo es nuestro rostro
hay que juntar todas las tierras

La saya del norte con vientos del sur

Bailando y cantando
con sones morenos,
la saya del norte
con vientos del sur.

Soñaron los niños
con bosques de nube,
serpientes de agua
y piedras de hielo.

Con niños de arcilla
de mar y de fuego,
cantando a la tierra
y bailando con ellos.

Dejaron la pampa,
la costa y la puna;
el Atacameño
el Chango y Diaguita.

Viajaron cantando
con la camanchaca,
llevaron arpones,
ponchos y llamitas.

Caminos antiguos
guiaron su viaje,
labrando, soñando
creando los surcos.

Bailando y cantando
con sones morenos,
la saya del norte
con vientos del sur.

Cruzaron los cerros
y muchas quebradas,
hasta que el desierto
por fin floreció.

Llegaron con quinoa,
maíz y pescado,
regalos que el peñi
feliz recibió.

Al son de trutrucas,
pifilcas y trompes
bailaron la saya
en el guillatún.

En las rogativas
la Machi pedía
fortuna pal viaje
a tierras del Sur.

Sigamos, soñemos
juntemos las tierras,
niño indio amigo
con bombo y kultrún.

Bailando y cantando
con sones morenos,
la saya del norte
con vientos del sur.

Y grandes fogatas
llegan hasta el cielo,
alumbran la Luna
y todos los canales.

Niños en canoas
cantaban felices,
llegaron por fin
A tierras australes.

En el fin del mundo
hicieron la ronda,
Selknam y diaguitas
Changos y yaganes.

Mapuches, tehuelches
y atacameños
kaweskar, rapa nui,
chonos y aymaras.

Ya son una sola
juntamos las tierras,
niño indio hermano
norte, centro y sur.

Bailando y cantando
con sones morenos,
la saya del norte
con vientos del sur.


Nota: este audio fue grabado en 2005 por la agrupación folclórica
infantil Camanchangos. El texto que está en este blog tiene algunas
modificaciones menores respecto del texto original. Los arreglos
musicales y corales son de Carolina Muñoz Gómez.